LOS AGENTES DE LA GUARDIA CIVIL, SE VEN OBLIGADOS A “HACER SUS NECESIDADES EN EL CAMPO”, EN LAS PRACTICAS DE TIRO
IGC denuncia que se realizan generalmente en canteras y que son completamente “tercermundistas” además de peligrosas
Las prácticas de tiro de los Guardias Civiles, no son propias de una policía europea. Si bien el Cuerpo Nacional de Policía, recientemente, ha adoptado la medida de hacerlo en galerías virtuales, los componentes de la Benemérita, a día de hoy, en su gran mayoría realizan estas prácticas de tiro en canteras, muchas de ellas abandonadas y “perdidas de la mano de dios”. En la mayoría de ellas no se habilitan aseos, lo que conlleva un serio problema, ya que los agentes tienen que hacer sus necesidades entre vehículos o retirándose a campo abierto, no existe privacidad y es claramente antihigiénico, ya que tanto las deposiciones como los desperdicios quedan arrojados, acumulándose en el campo.
Una vez finalizada la práctica, los guardias civiles son obligados a recoger las vainas del suelo, no siendo posible la recogida en su totalidad a causa del “volumen” y no en pocas ocasiones se hacen en zonas de especial valor natural, perjudicando por ello el medio ambiente al filtrarse el metal, motivo por el que se denuncia a los ciudadanos cuando observamos este tipo de acciones.
El hecho de tener que realizar estas prácticas en mitad del campo, implica en muchas ocasiones emplear varias horas en el trayecto y a pesar de tener que asistir ambulancia, supone un riesgo mayor en caso de accidente grave que si se realizasen en galerías, no solo por la seguridad de las instalaciones, ya que normalmente están situadas en poblaciones grandes y donde la reacción ante una emergencia, resultaría mucho más rápida. Los accidentes durante los ejercicios de tiro ocurren con más frecuencia de lo deseado, dado el riesgo existe para la vida de los agentes, puesto que la distancia entre un agente y otro no cuenta con “mamparas protectoras” a veces las vainas incandescentes se introducen dentro de la ropa del compañero, ya que vuelan varios metros tras ser disparadas, elevando así el riesgo de que una de ellas le produzca una quemadura, accidentes que ya tienen precedentes y son conocidos, como uno de nuestros representantes en Valencia, que sufrió varias quemaduras de consideración, a pesar de haber sido asistido en el centro médico, tener parte de lesiones y notificar el problema por escrito, no se le pone solución.
Los agentes tienen que soportar las condiciones climatológicas, al no disponer de un techo que les libre de posible insolación o el frio, incluso con lluvia en algunas ocasiones. Eso sin mencionar que, durante toda la mañana, los guardias civiles no disponen de una zona de avituallamiento en caso de ser necesario tomar agua o comida.
Los representantes de Independientes de la Guardia Civil, en las delegaciones de Álava, Valencia, Jaén, Gipuzkoa, Zaragoza, Toledo, Cádiz, León, Albacete, Cuenca, Málaga, Alicante, Madrid, Badajoz, Melilla, Murcia, Guadalajara, Segovia, Palencia y Huelva, nos trasladan graves deficiencias, por lo que no es en absoluto un problema aislado, sino la norma, presentando numerosas quejas, a las Jefaturas de las Comandancias, para solicitar mejoras en las condiciones de su desarrollo, pero, a día de hoy, seguimos haciéndolo sin instalaciones adecuadas, en unos recintos que son “de otro siglo”.
Las armas utilizadas para los mismos son preconstitucionales. Así, tenemos el fusil FUSA CETME, modelo C, fabricado en 1964 y la metralleta Z 70B fabricada en 1970, armas claramente en desuso para cualquier otra policía moderna, pero que para la Guardia Civil siguen estando en vigor y por ello son de dotación. En comparativa, la Policía Nacional y los Mossos de d’Esquadra disponen de armas más modernas, fusiles de asalto HKG36 de 5,56 milímetros, El Cuerpo, en este aspecto y como casi siempre, continua a años luz del resto de fuerzas.
Recientemente, la DGGC, anunció la compra la pistola low cost “RAMON´´, por unos 269€ cada una y solo 6.000 unidades, para una plantilla de casi 80.000 efectivos, y todo ello, a pesar de los fallos y el muy elevado número de interrupciones presentados durante las pruebas, lo que ha llevado a que sea necesario sustituir varias piezas del arma de urgencia. Esto no es más, que una nueva “ñapa´´ que lejos de solucionar el problema, lo agrava aún más.
Instamos a la Dirección General a que explore las vías que considere para formalizar acuerdos con galerías de tiro en las distintas provincias, al objeto de que los componentes del cuerpo puedan realizar estos ejercicios de una manera mucho más digna y segura. Además de sustituir definitivamente esas armas tan precarias, entregando de una vez por todas y de manera efectiva a todo el personal, material con mayor funcionalidad y más acorde con los tiempos actuales.
En Sede Central, a 29 de Noviembre de 2022
Junta Nacional